La cardiopatía isquémica, es la principal causa de mortalidad cardiovascular en todo el mundo. La cardiopatía isquémica está causada por la ateroesclerosis, que ocasiona una disminución en el calibre de los vasos (estenosis) del corazón (arterias coronarias) debido al acúmulo de colesterol dentro de las paredes del vaso. Las dos principales formas de arteriopatía coronaria son la angina de pecho estable (síndrome isquémico crónico) y los síndromes isquémicos agudos (infarto del miocardio y angina de pecho inestable).
Los factores de riesgo que juegan un papel importante para la presentación de la cardiopatía isquémica son: la dieta, el sedentarismo, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, además de otros factores como la edad, el género (los hombres tienen mayor riesgo), la raza (afroamericanos) y la presencia de enfermedades como hipertensión arterial, diabetes mellitus o las enfermedades que afectan el metabolismo de las grasas.
Algunos síntomas tempranos son la fatiga, el dolor y los mareos. Los síntomas pueden ser sensación de opresión en el pecho que puede irradiarse al brazo, cuello o mandíbula, así como la falta de aire. Estos síntomas pueden presentarse con los esfuerzos o bien en reposo, cuando hay una estrechez más importante en las arterias coronarias. En las mujeres son más frecuentes los síntomas atípicos, como un malestar poco definido en el pecho o la falta de aire. Es importante la valoración por un cardiólogo para el estudio apropiado y en tiempo de esta enfermedad con fines de establecer un tratamiento médico apropiado que puede incluir la realización de un cateterismo cardiaco que consiste en introducir un catéter por la mano o la pierna para llegar a las arterias del corazón y mediante la administración de un contraste y el uso de rayos x, se puede visualizar el interior del vaso, pudiendo determinar si existen estenosis (estrechez) significativa, la cuál puede ser tratada mediante la apertura con un balón y la colocación de una prótesis metálica en el caso (stent) que recupere el tamaño normal del vaso. En ocasiones, en pacientes muy enfermos sobre todo aquellos con más factores de riesgo, como la diabetes mellitus o la enfermedad renal crónica, la opción para abrir el vaso es a través de la cirugía con el uso de bypass (injertos vasculares).